Es una pregunta que debería estar respondida hace tiempo. Es más, no tendría que plantearse ni cuestionarse por razones más que obvias. ¿Cuándo va a terminar el racismo en los estadios de fútbol? ¿Cuándo vamos a dejar de compartir gradas con personas ancladas en la prehistoria, sus actos ignorantes y sus pensamientos neandertales? Los últimos en mostrar su carnet de tonto han sido algunos de los aficionados del Inter de Milán, que este miércoles castigaron a Kalidou Koulibaly, central del Napoli, con gritos racistas por el simple hecho de tener un color de piel distinto al suyo.
Me pregunto hasta dónde llega la ignorancia de estos aficionados, si es que son realmente aficionados del Inter de Milán. Cuántos de estos piezas sabrán la historia de su club. Porque el Inter de Milán nació gracias a un grupo de exmiembros del AC Milan que no estaban de acuerdo con que los extranjeros no pudieran jugar en el equipo. «¿No pueden jugar los no italianos con nosotros? Pues haremos otro equipo donde sí puedan hacerlo». Así nació el conjunto nerazzurro. Pura ironía si atendemos a los cuatro cafres que berreaban el miércoles contra Koulibaly y que empañaron la gran victoria de su equipo.
Carlo Ancelotti, técnico del Napoli, fue bastante crítico y contundente en rueda de prensa, dejando claro que si las autoridades -Federación Italiana, árbitros y dirigentes- no tomaban cartas en el asunto, lo harían ellos mismos: «Hemos pedido que se suspendiera el partido hasta en tres ocasiones por los cánticos racistas. El jugador estaba nervioso. Parece una excusa, pero esto no es bueno ni para nosotros ni para el fútbol italiano. Ante algo así hay que parar el partido, y si no se hace, la próxima vez seremos nosotros mismos los que lo pararemos», anunció Ancelotti.
El propio Koulibaly, que acabó siendo expulsado por aplaudir de manera irónica al colegiado del partido tras un lance, acudió a su perfil de Instagram para comentar estos hechos: «Lamento la derrota y haber abandonado a mis hermanos por la expulsión. Pero estoy orgulloso del color de mi piel. De ser francés, senegalés, napolitano: hombre». Parece mentira que en 2018, a estas alturas de la película, alguien tenga que lanzar un mensaje así contra el racismo… Incluso varios compañeros en la Serie A, como Cristiano Ronaldo o Kevin-Prince Boateng -que también ha sufrido episodios parecidos en un campo de fútbol-, han gritado en sus redes sociales ‘No al racismo’.
Pero el Inter – Napoli no quedó empañado únicamente por esto. En las horas previas al encuentro las calles de Milán se convirtieron en un auténtico caos donde ultras del Inter, del Varese y del Niza atacaron un vehículo que trasladaba a aficionados del Napoli al estadio. Cuatro hinchas del conjunto partenopeo fueron apuñalados, pero la peor parte se la llevó Daniele Belardinelli, aficionado del Inter, que fue mortalmente atropellado por una furgoneta en plena batalla campal.
Y de esta manera se ensucia un ‘Boxing Day’ que siempre es motivo de felicidad. Un día dedicado a los niños, a las familias y a todos los aficionados que en plena Navidad quieren disfrutar del fútbol y de su equipo, pero que tienen la desgracia de compartir esa pasión con cuatro tarados. Una pena. Una más para el Calcio italiano. Y van…
Imágenes: Getty Images
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